Hace unos meses empecé a practicar arquería en El Huayco. Al tiempo me enteré de la existencia de un libro, «One arrow, one life» de Kenneth Kushner, sobre Zen y kyudo, que no está disponible en castellano. Así que lo conseguí y fui traduciendo:
Como la mayoría de los occidentales, todo lo que sabía de kyudo hasta ese día provenía del libro Zen en el arte del tiro con arco de Eugen Herrigel. Herrigel fue un profesor de filosofía alemán que pasó cinco años en Japón durante la década de 1930. Como quería estudiar Zen, sus amigos le aconsejaron comenzar con una de las artes Zen. Por su experiencia previa en tiro con pistola, Herrigel eligió el kyudo. […]
Los japoneses adjuntan el sufijo «do» a los nombres de las artes Zen. «Do» es una palabra importante en el Zen. Es la traducción japonesa de la palabra china «Tao». No tiene un equivalente directo en castellano, tal vez porque no hay un concepto análogo en la cultura occidental. «Do» usualmente se traduce como «Camino» y connota un sendero o ruta al despertar espiritual. Las artes Zen pueden referirse como «Caminos» y no están limitadas a las artes marciales: kyudo es el Camino del arco; kendo es el Camino de la espada; karate-do es el Camino del puño vacío; shodo es el Camino de la escritura (caligrafía «espiritual»); y chado es el Camino del té (la ceremonia del té). Leggett describió los Caminos como:
«expresiones fraccionarias de Zen en campos limitados tales como las artes de combate con espada o lanza, artes literarias como poesía o caligrafía, y tareas domésticas como servir té, lustrar o hacer arreglos florales. Estas acciones se convierten en Caminos cuando la práctica no se hace meramente por el resultado inmediato sino también con vistas a purificar, calmar y enfocar el aparato psicofísico, para alcanzar cierto grado de conciencia Zen y expresarla». […]
A pesar de la inmensa popularidad del Zen en el arte del tiro con arco, uno de los libros más leídos sobre Zen, publicados en occidente, poco se sabe sobre kyudo hoy en el mundo occidental. Mientras que judo y karate son palabras familiares, poca gente reconocería el nombre japonés para el Camino del arco. Sin duda esto se debe al hecho de que Herrigel nunca uso la palabra «kyudo» en su libro. La instrucción de kyudo todavía resulta casi inexistente en los Estados Unidos, en contraste con lo que deben ser miles de escuelas de otras artes marciales. […]
Este libro no tiene por objeto ser un manual de instrucción ni en kyudo ni en zazen. El lector no debería tener la expectativa de aprender cómo practicar kyudo o zazen por leerlo. En cambio, espero explicar por qué alguien querría estudiar kyudo; cómo algo tan «mundano» como el tiro con arco puede ser elevado a una experiencia espiritual seria cuando se lo estudia como un Camino. Para ver al kyudo como un verdadero esfuerzo espiritual, uno debe tratarlo como un microcosmos de vida. En este libro trataré de explicar cómo los principios involucrados en este proceso aparentemente simple de disparar una flecha a un blanco puede tener profundas implicaciones para cómo uno conduce su vida. […]