Puños en alto en La Cultura del Barrio

Puños en alto
Muestra de fotos estenopeicas de boxeo.
Del 20 de diciembre al 31 de enero
en el Club Social y Deportivo La Cultura del Barrio
Murillo entre Thames y Serrano, Villa Crespo

Inauguración: Viernes 20 de diciembre de 20 a 24 hs.

Puños en alto

Uno, gestos de lucha. Dos, estar en guardia.

Una parte es física. Saltar la soga. Entrada en calor. Cambiás el aire. Estirás. Aumentar el alcance. Esforzás los músculos hasta que queman. Un toque de dolor. El sudor que limpia, la piel porosa. Cada quien, en pares, en grupo. Te alientan y te corrigen. Y estamos a punto para lo que venga.

Otra parte, técnica. Sombra: pelear con un oponente imaginario, con vos. Pulir las posturas. Siempre en movimiento, flexible. Equilibrio dinámico. Sacás precisos los golpes, con todo el cuerpo. Combinar. Reflejos, velocidad. Duplas de ataque y defensa, alternadas, recíprocas, cumpas que te ponen pillx. Practicar fintas, contragolpes: una coreografía improvisada de jabs, rectos, ganchos, pasos y esquives.

Constancia y reiteración. Hasta que se incorpora, saber encarnado. En cada cual y en todxs lxs que compartimos el mismo aire húmedo de aliento y transpiración, y charlas en los intervalos.

Y luego el combate libre. Pararse frente a frente, percibir con todos los sentidos. Medir destrezas. Cada cual aprovecha sus virtudes. Sabiendo que el adversario no te va a lastimar a propósito: a más experiencia o mayor fuerza, más cuidado de lxs otrxs. Pero te van a marcar los puntos débiles, hacer notar las zonas ciegas. La adrenalina de sentir el guantazo, y rearmarse, o contestar, embocar una justa.

Estas estenopeicas fueron tomadas en los últimos dos años, durante nuestras clases antifascistas de boxeo. En momentos de recuperar el aire, en un lugar donde, como en la vida, nada se queda quieto. Haciendo pruebas con la camarita, fueron saliendo fotos del gimnasio, de cumpas y profes, entre ejercicios o asaltos, al momento de vendarse, al fin del entrenamiento. A pulso, sin trípode, rollos ASA 100 ó 200, exposiciones de diez, quince segundos. Agitación de ambos lado de la cámara. El único espacio donde la luz da bien es arriba del ring, con sus alrededores callejeros: paredes que enseñan murales, banderas, afiches –Nunca seré policía–. Entonces pintó retratar a sus habitués, y hay quienes subieron a la lona mullida del cuadrilátero por primera vez para su foto.

Cada toma es una pequeña performance, condensada en un fotograma. Una escena de ficción, un simulacro de quietud, en el que cada persona hace de sí misma, y se la reconoce por su postura, su ropa, su pelo, o se la imagina: una de lxs nuestrxs, semejante, diferente. La toma tiene similitudes con el primer momento de estar en la pelea frente a la incógnita de lx otrx, con una premisa en común­ –contra todo prejuicio– y la complicidad del tiempo compartido, en el que, entre golpes y abrazos, vamos ganando en empatía, confianza, afecto, compañerismo, solidaridad. Estas fotos conjugan boxeo y fotografía, dos formas de conocimiento y de entrenar la percepción.

Fernando Aíta

–Sí, una parte es física: saltar la soga, entrar en calor, cambiar el aire. Sudar, encontrarse con los límites del propio cuerpo, con los puntos ciegos de nuestras ideologías.

Otra parte es técnica: pelear con un oponente imaginario, con vos mismo. Flexible, armar duplas de ataques y defensas. Escuchar, ver al otro, coreografía argumentativa: percibir los discursos programados, los propios, los ajenos, velocidad para no caer en el sentido común, sorprender con una figura impensada para no ser otra vez el producto de la fábrica de sujetos capitalista.

Constancia y reiteración. Saber encarnado, incorporar, cansados y doloridos, un saber que nos modifique el cuerpo y la cabeza.

Y luego el combate. Libre. O todo lo libre que podamos ser. Pararse frente a frente, cada cual en su lugar, en el gimnasio, en la escuela, en la calle. Cuidando incluso al enemigo. La adrenalina de sentir el guantazo y contestar: No al especismo, a la loca creencia de que la especie humana es superior a cualquier otro animal, no al racismo, no al patriarcado. Tomar aliento: no a la discriminación. Una piña a la heteronorma. Embocarle una justa al machismo. Rearmarse y con precisión dar en el centro del aparato represivo. Marcarle los puntos a la xenofobia. Respirar, siempre respirar, y a pesar de los muertos, de los desaparecidos, volver al combate.

Alejandra González

Agradecimientos
Muchas gracias a todas las personas que se acercaron a ver la muestra.
Quiero agradecer a La Cultura del Barrio por el espacio y por todo lo bueno que pasa ahí, y a mis compañer_s y profes que se coparon en las fotos y apoyaron para que la muestra ocurra: muy contento de haber conocido el club y de los dos años que llevo entrenando.
Gracias especiales a Guillermo Meza, que me ayudó a editar las fotos, hacer los afiches, pósters y stickers.
Gracias a mon amour Alix con quien hicimos el montaje y me acompañó en muchas decisiones.
A Alejandra González por el diálogo con el texto de la muestra.
Muy feliz de compartir esta experiencia, y festejarla como se merece.

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