La cultura de la fotocopiadora

 

Trabajar, estudiar, militar
en el cuartucho de pósteres revolucionarios
y cajas de archivo con el conocimiento
que construyen los siglos y las cátedras
inculcan a futuros formadores.

Pescando retazos de frases
en copias mal sacadas,
mate y rocanrol y el sueño
de pasar por el haz de luz
unas tetas guevaristas.

A la mierda con el aura
en la era de la reproductibilidad.
Tiempo que corre el escaneo:
te cazan un libro y lo replican
de cabo a solapa, enchastrado de errores,
y te caen los ingresantes
a llorar por las erratas.
Yo no lo invento, lo copio.

¿Qué pasa con el signo de Saussure?
¿No te coincide la doble faz?
Mirá que sos formalista, che.
No hay apuntes de Didáctica:
son una manga de fachos;
preguntá en cooperadora.
Ni queda constancia de examen.
Compañeros, tengan conciencia
cuando pidan becas, hay
gente que necesita posta.

La línea luminosa te desborda,
y te achina más que el churro
que te ayuda en la merienda.
Venite temprano, carpeta, y te hago
cien volantes, pájaro en mano,
de onda para la fiesta,
antes que el posmodernismo
nos deje sin tóner. Chicos,
colaboren con el cambio.