Category Archives: Textos

Libro electrónico e insectos kafkianos

Se nota que el lector de libros electrónicos es un aparato muy de la ciudad, porque acá en la sierra, en un entorno agreste, presenta dificultades (soy un emigrado reciente –casi pongo exiliado; no me voy a hacer el chuncano). Tengo que terminar Kafka. Por una literatura menor, del famoso dúo Deleuze y Guattari, y pensé que podía hacerlo a la noche en la cama (mi amada dormía al lado de mí), en la oscuridad, salvo por las estrellas que refulgían tras la ventana, pero al minuto de prender el dispositivo antes mencionado, cuando di con el PDF, voluntariosa aunque malamente escaneado (más que un íbuk, parecen apuntes fotocopiados), al minuto de prenderlo se congregó una tribu de bichitos, un grupete de minúsculos gregorios samsas que descomponían y recomponían el texto; una banda de caracteres movedizos que se confundían con las letras ya confusas; una tipografía de antenas y alas diminutas, que revoloteaba en la página luminosa y alteraba cualquier intento de lectura lineal. Quién sabe… Habrá que averiguar cómo leer estas escrituras, coreografías.

Actas del 1er Simposio Internacional Literaturas y Conurbanos

En junio de 2019 participé en el I Simposio Internacional Literaturas y Conurbanos en la Universidad Nacional Arturo Jauretche de Florencio Varela.

Estvuve en la mesa de «Poesía y territorio: poéticas de lo actual», coordinada por Carlos Battilana, y mi exposición fue sobre «Épica chusma y Furgón flashero: dos experiencias conurbanas desde y para micro-comunidades ampliadas».


A fines del 2020 se publicaron las actas, compiladas por Carolina Bartalini y Martín Biaggini, donde se pueden leer todas las presentaciones (la mía empieza en la página 111) .

Acá pueden descargar el archivo PDF:
ACTAS_PRIMER_SIMPOSIO_INTERNACIONAL_LITE

O verlo en Academia.edu.

Si están aprovechando el calorazo de este enero para investigar sobre relaciones entre conu y escritura, ahí tienen propuestas diversas para consultar.
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Entrenar en cuarentena

Ayer volvimos a las prácticas antifascistas de boxeo, en un contexto distinto: al aire libre, cerca del cementerio (en el paredón a nuestras espaldas, un grafiti decía «Dios, Patria, Familia», y en otro color alguien le había agregado a cada palabra un signo de interrogación y había contestado: «Puro cuento»).

En un grupo de seis, sin barbijo, pero manteniendo las distancias. Todos compartíamos el hecho de estar expuestos al virus por nuestros trabajos. Boxeo sin contacto: entrenamiento físico, técnica, juego de sombras.

Salvo un compa de veinte años y el profe que venían haciendo ejercicio, acaso como estrategia de supervivencia en el aislamiento, a los otros en mayor o menor medida (volumen de panza, agitación) se nos notaban los rastros de la indulgencia (habernos refugiado en los placeres del chupi y el morfi). Igual, todos le metimos con intensidad y sin bajar los brazos a esa hora y pico de sol entre los árboles, transpiración, risas y comentarios entrecortados.

Extrañamos el bidón hediondo de agua clorada que compartíamos en el gimnasio (que nos habrá inmunizado a tantas pequeñas pestes), y hay que rescatarse de no tocarnos la cara y pasarnos alcohol después de hacer flexiones en el pasto o la calle. Pero si el clima acompaña un poco, seguiremos buscando formas de encuentro y de mantenernos fuertes y solidarios.

El chino Oscar

El chino se estaba fumando un pucho en la puerta de su local; llevaba el barbijo en el cuello.

–Todavía no llega pedido.

Tuvo que ir a cobrarle a un cliente.

Apoyó el pucho en el suelo, contra el marco de la puerta, se puso bien el barbijo y entró.

Realizado el cobro, volvió, agarró el pucho, se bajó el barbijo y siguió fumando.

–Más tarde mando mensaje, si falta.

Tengo el teléfono con un montón de audios, comprensibles en diferentes grados, a traducir en código y cantidad.

Queda claro que una parte de este trabajo se puede hacer por teléfono (o whatsapp), lo que comporta que en un futuro nada lejano podemos volvernos reemplazables por aplicaciones. Entonces salimos a la calle para demostrar nuestro «valor» (agregado). Los riesgos de salir por el riesgo de no salir más.

#LasLibreríasImportan

#LasLibreriasImportan
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El gato escaldado Libros
Otras Orillas
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Badaraco Libros
Librería El Extranjero
Libros REF

Nada que ver en Radio CASo

Miércoles 17 de junio a las 21 hs.: NADA QUE VER / Lecturas para radio de poemas visuales, de las que tuve la suerte de participar, se escuchan de nuevo en Radio CASo. 
https://centrodeartesonoro.cultura.gob.ar/info/radio-caso/

NADA QUE VER / Lecturas para radio de poemas visuales
En el ciclo de artes visuales de 2012 en la radio LA TRIBU 88.7 FMhttp://curadosdespanto.com/

Piezas sonoras a partir de 5 poemas visuales clásicos: «Tudo está dito» (1974) de Augusto de Campos, «Kembo» (1988) de Joan Brossa, «Helicóptero» (1978) de Edgardo Llanos, «Para ser leído con lupa» (1964) de Yoko Ono y «Poema matemático censurado» (1974) de Edgardo Vigo.

Repite miércoles 24 de junio, 21 hs.

Volver a las calles del covid-19

Hoy, después de veinticinco días de luna de miel, y poco más de veinte de realizar satisfactoriamente las tareas desde casa, este humilde trabajador lácteo volvió a la calle, a la primera línea de fuego del mercado, a visitar súpers chinos de la cuarta zona más contagiada/osa de capital, (1º Balvanera, 2º Palermo, 3º Recoleta) a Núñez y Belgrano para que nadie se quede sin su yogur.

Mientras iba visitando los locales semivacíos, tuve que familiarizarme con el kit preventivo que me dio la empresa: con el barbijo (más los lentes de seguridad que encontré en casa), con los guantes de látex, y en qué momentos después de ciertas acciones debía usar el alcohol en gel (por ejemplo, antes de subir de nuevo al auto).

Una clienta me lo dijo muy claro: «¿Para qué venir? Tu empresa cabeza anda mal. Mejor llamar por teléfono en tu casa. Acá todo virus muy feo».

Guelson, el repositor haitiano, no llevaba el barbijo que habría, ni guantes, pero tuvo la prudencia de rascarse un ojo con el lado de adentro del buzo. Estaba preocupado porque la cuarentena no le impedía ir a trabajar, pero sí recibir una visita amorosa en el lugar que alquila. Merde, mon ami.

Toda la mañana vi un surtido desfile de máscaras, por no decir caretas, que me hizo acordar a la cantina de Star Wars, sobre todo en filas de paguefácil y rapigarpe (pagan lo que sea por salir). Y a la canción «Ojos sin rostro» de Billy Idol (no recuerdo que dirá la letra).

Volver a casa y todo el proceso de desinfectarme me resultó agotador: me gané una siesta.

Romper el aislamiento

Ayer por primera vez rompimos el aislamiento preventivo obligatorio. Bueno, apenas: vino Pablo, que vive a ocho cuadras, a comer un asado en la terraza.

Leni no llegó. Se topó con policías de civil a dos cuadras de su puerta. Le pidieron documentos, el permiso que no tenía. Chamuyó que iba a la farmacia a veinte metros y zafó, pero no le dio para probar por otra calle, y se volvió a su casa.

Con Pablo lo teníamos pendiente desde que volvimos hace quince días. Nos había cuidado la casa tres semanas, pero cuando llegamos de regreso ya estaba decretado el aislamiento y no pudimos vernos. Todavía teníamos sus regalos. Quedamos la noche anterior por whatsapp: Yo no tengo síntomas ni miedo, le dijo Alix; Fer, tampoco. Y sí ganas de vernos. Pablo estaba en la misma.

Llegó nueve y cuarto. Yo había prendido el fuego recién. Alix le abrió la puerta de calle y le avisó del procedimiento en nuestra entrada, como si el palier de nuestro piso fuera la recámara de una nave: Lo desinfectamos de arriba abajo con el vaporizador (y al vino), le dimos una percha para que cuelgue la ropa, y la bolsa para el calzado. Pasó directo a la ducha. Salió en cinco minutos con los rulos mojados, goteando sobre los hombros del ambo. Las pantuflas le quedaban medio chicas.

Fue muy extraña la tensión entre la alegría de vernos –de ver a otros por primera vez desde el inicio del confinamiento (exceptuando a comerciantes y vecinos con barbijos), y de vernos entre nosotros en particular, que habíamos cambiado mensajes durante todo nuestro viaje, de por dónde andábamos, cómo estaban las cosas por casa, de tal libro que encontró en la biblioteca– y mantener todo el tiempo la distancia preventiva.

Charlamos de todo, nos matamos de risa, estábamos felices, y a la vez torpes con todo el protocolo para aseptizar los cubiertos, las precauciones al servir el vino, los recaudos para que nadie confunda las copas, los brindis sin chinchín, armarse dos porros, y sentarse en cabeceras opuestas de la mesa.

Nos acostamos a las mil y quinientas. Pablo se quedó a dormir: era más seguro que se vaya de mañana, con los negocios del barrio abiertos.

Yo me levanté a las ocho para responder al whatsapp del trabajo. Pablo se despertó enseguida. Tomamos un par de mates –cada uno el suyo– y tipo nueve lo acompañé a la puerta de calle. También fue raro despedirse: Avisá que llegaste bien.

Cuando subí, Alix se había levantado. Le dije que, para mí, el espacio daba para juntarnos de a cinco o seis, tranquilamente. Que cada cual traiga vaso, plato y cubiertos, y que en la cuenta, con la comida y el chupi, habría que incluir los desinfectantes.
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(Basado en hechos irreales. Asado, sí; ortibismo buena onda, no)

Lecturas de La Libre Editora

El 13 de febrero leímos en la nueva sede de La Libre junto a los capos de I Acevedo y Alejandro Berón.
Desde la editorial prepararon los audios (gracias, Paula PeDamián Cabeza, y Matias Pangloss) y ya están disponibles para combatir los momentos de embole de la cuarentena. Pueden darle play y escucharlos acá:

 

Poemas para no ir a trabajar en la radio

Reynaldo Sietecase lee dos de los Poemas para no ir a trabajar  en «La inmensa minoría» por Radio Con Vos.

Dos poemas del libro leídos por Estefi Pozzo en «A los botes» por FutuRock FM.

I Simposio Internacional Literatura y Conurbanos

El miércoles 5 de junio participé en el I Simposio Internacional Literatura y Conurbanos en la Universidad Nacional Arturo Jauretche de Florencio Varela.

Mesa 3. Poesía y territorio: poéticas de lo actual
Coordina: Carlos Battilana (UBA – UNAJ)
Expositores:
Fernando Aita (UNDAV). Épica chusma y Furgón flashero: dos experiencias conurbanas desde y para micro-comunidades ampliadas.
Josefina Heine (UNAJ) y Lucía Calvi (UNAJ). La canción rap como expresión poética del conurbano: identidad y lenguaje.
José Luis Gonzalo Basualdo (ISP Joaquín V. González). La lengua del otro/mi propia lengua. La “identidá” lingüística como territorio del conurbano.
Luiz Eduardo Rodríguez de Almeida Souza (CEFET-MG). Impactos y afectos de la “movida” y performance poética del rap freestyle en las plazas del conurbano bonaerense.
Santiago Richetti (FSoc, UBA) y María Ivana Salemi (FFyL, UBA). Construcción y deconstrucción del territorio simbólico en la poesía del conurbano.

 

Poemas filmados en Radio Proyectiva Real

Radio Proyectiva Real estrenó sitio web con dos nuevas secciones: Textos y Videos -donde se pueden ver algunos poemas que grabamos una muy grata noche en El gato escaldado Libros-, y como siempre se puede escuchar «toda la música amontonada del mundo»:

 

 

 

 

 

 

Poemas para no ir a trabajar en El Gato Escaldado

«Poemas para no ir a trabajar» también se consigue en El gato escaldado, que tuvieron la gentileza de escribir esta breve (primera) reseña (muchas gracias):

Poemas para no ir a trabajar es el flamante embarque poético de Fernando Aíta, recientemente editado por La Libre (con un amoroso laburo de Damián Cabeza Porley), y que lo afianza como una de las voces más interesantes de la literatura vernácula porteña y conurbanísitica. Una poesía de tono plano y contundente, tan coloquial como galáctica, juguetona de discursos y modismos, con un individuo lírico que siempre apela a un colectivo, y que puede volverse profundamente política y argumental. Porque bucear entre las excusas que permitirían no ir a trabajar es siempre un profundo trabajo discursivo de argumentación y de política. Y para lograr plasmar ese plan en poesía es necesario el ocio. No ir a trabajar para poder escribir, para recuperarse de la jarana, para poder dormir, para poder donar sangre, o soñar, o viajar, o tomar imágenes. No ir a trabajar para poder desviarse, para cambiar el modo de vida y pasar a ser, al fin, un hombre de acción. Por eso el nuevo poemario de Fer Aíta cabe en el bolsillo y te deja las manos libres.

Acá la nota, que también incluye un poema y cuenta sobre salientes escaldadas:

Una saliente escaldada | Poemas para no ir a trabajar

Reportaje radial sobre el libro en La Columna Vertebral

El sábado 19 de enero me hicieron una nota sobre Poemas para no ir a trabajar en el programa La columna vertebral (Historias de trabajadores).

Muchas gracias de nuevo a Laura Giussani Constenla y Nora Anchart por el espacio.

Fernando Aíta presenta su libro: “Poemas para no ir a trabajar”

Presentación de Poemas para no ir a trabajar

JUEVES 17 de enero
de 19:30 a 22:00 hs.
se presenta el libro

POEMAS PARA NO IR A TRABAJAR
de Fernando Aíta

en LA LIBRE
(Bolívar 438)

Charlas, lecturas, brindis y músicas
para no ir a trabajar.

Acá una foto estenopeica de antes de comenzar:

Y acá algunas de las palabras y lecturas:

Y acá va una lista de «Músicas para no ir a trabajar»: